El retorno de la inversión, también conocido como ROI, como se denomina comúnmente, es un porcentaje o porción que representa la eficiencia o eficacia de una inversión u operación específica. Es una herramienta sencilla que produce una proporción absoluta (por ejemplo, 0,35) o un valor porcentual (por ejemplo, 35%).
Esto significa que el ROI también puede utilizarse para comparar diferentes tipos de inversiones financieras, así como un sinfín de métodos de negociación.
En particular, el ROI revisa el rendimiento de una inversión con respecto al precio de compra. Esto implica que el cálculo del ROI es simplemente el retorno (beneficio neto) dividido por el coste total de la adquisición (coste neto). El resultado puede multiplicarse por 100 para obtener el valor porcentual.
Un valor de ROI alto indica que la inversión en activos financieros fue exitosa, mientras que un ROI negativo significa que el retorno fue menor que los costes. El cálculo del ROI se determina mediante la siguiente fórmula:
ROI = (Valor actual – Gasto total)/ Precio total
También puede estar compuesto por:
ROI = Ingresos netos/ Gastos en Internet
En un escenario hipotético, imaginemos que Alicia ha comprado 100 BNB por 1.000 dólares, pagando 10 dólares por cada uno. Si el precio actual de los BNB es de 19 dólares, Alice tendría sin duda un ROI de 0,90 o del 90%..
El ROI se utiliza con frecuencia tanto en los mercados tradicionales como en los criptográficos. Sin embargo, tiene algunas limitaciones.
Por ejemplo, Alice podría utilizar la fórmula del ROI al comparar dos operaciones. Sin embargo, la fórmula no tiene en cuenta el factor tiempo.
Esto implica que en ciertos casos, una inversión podría parecer mejor que las otras, pero en realidad, sus resultados fueron inferiores ya que exigió un período de tiempo más largo.
Por ejemplo, si la primera carrera de Alice tuviera un ROI del 90%, pero tardara 12 meses en desarrollarse, sería menos eficaz que una segunda operación que incluyera, por ejemplo, un ROI del 70% en seis meses.